En algunas culturas y durante mucho tiempo a los hijos menores de las familias se les llamó Benjamín. Y a pesar de que los separan varias generaciones de distancia, hay cosas que parecen unirlos más de lo que pensábamos: gustos musicales, la honestidad y la manera con la que cumplen sus objetivos.
Para seguir conociendo al equipo, sentamos cara a cara a nuestros dos Benjamines: Arenas (47) y Norambuena (18). Uno, el con mayor experiencia en el equipo (para no decir el más viejo) y el de menor edad en el grupo, respectivamente. El primero es ingeniero civil informático, mientras que el segundo estudia para ser intérprete profesional de violonchelo.
El primero entró como proveedor de Appcar, para luego instalarse definitivamente en el área de T.I. (Tecnología de la Información) brindando soluciones tecnológicas a esta pujante startup. El segundo llegó a trabajar- pese a su corta edad- por curiosidad en el servicio al cliente: veía a sus padres trabajando en Appcar. Desde luego, se interesó por la tarea que ellos desarrollaban y la buena onda que se veía en el equipo. Aunque parezcan quehaceres muy distintos, algo los marcó a ambos: trabajaron desde muy jóvenes buscando conseguir metas profesionales.
El primero entró como proveedor de Appcar, para luego instalarse definitivamente en el área de T.I. (Tecnología de la Información) brindando soluciones tecnológicas a esta pujante startup. El segundo llegó a trabajar- pese a su corta edad- por curiosidad en el servicio al cliente: veía a sus padres trabajando en Appcar. Desde luego, se interesó por la tarea que ellos desarrollaban y la buena onda que se veía en el equipo. Aunque parezcan quehaceres muy distintos, algo los marcó a ambos: trabajaron desde muy jóvenes buscando conseguir metas profesionales.
Para poner 'frente a frente' a los Benjamines (un Generación X y un Generación Z, o Centennial), los sometimos a un cuestionario. Siempre contestando primero la voz de la experiencia: los mayores primero. Aquí sus respuestas:
— ¿Cuáles son las cualidades que más valoran en una persona?
— Benjamín Arenas: La honestidad por lejos. Profesionalmente, es lo que más valoro. Alguien puede tener cualidades muy bacanes, aunque a veces cueste apreciarlas, pero la autenticidad y transparencia sí se distingue a simple vista.
— Benjamín Norambuena: Mientras mi tocayo respondía, pensaba en lo mismo, pero con otra palabra: sinceridad. Siento que todos deberíamos ser honestos con lo que somos, con cómo somos.
— ¿Qué les gusta de que en la oficina haya representantes de varias generaciones, incluso distintas a las suyas?
— B. Arenas: La diferencia en edad, que todos vengamos de distintos lados, desarrollos socioculturales distintos, son lo que hace crecer el grupo. Para mí no fue tan natural como para Benja porque hay cosas que he tenido que volver a aprender. Cosas "de mis tiempos", como decimos los que tenemos más años. La diversidad o cómo los distintos puntos de vista nos hacen crecer es algo que no tenía contemplado hace veinte años. Hoy puedo ver cómo todos aportan.
— B. Norambuena: Se aprende mucho al ver distintas formas de ver la vida. Son todos de distintas generaciones, con conceptos y creencias nuevas y eso se expande más allá de la edad. No me he sentido extraño por ser el más chico del equipo. Pienso que quizás en otras situaciones uno se incomodaría, pero en Appcar es súper natural.
— ¿Por dónde van sus gustos musicales?
— B. Arenas: Voy desde el rock de los 70's -como Led Zeppelin-, y también los 80's. Hay momentos donde me gusta escuchar a Bach, disfruto la música clásica. Y como no tiene una interpretación vocal, excepto por la ópera, me concentro. Con el rock me pongo a cantar. Ahí están mis dos extremos.
— B. Norambuena: Yo escucho música clásica. Me gusta mucho, y me sirve en lo práctico. La música clásica tiene mucho contenido y la percibo, naturalmente. Me puedo perder horas. También me gusta el rap, aunque lo tenga más de fondo.
— ¿Qué hay de sus hobbies?
— B. Arenas: Mis hobbies van más orientados al pádel y los juegos de mesa. Tengo mucho cuento con los juegos de mesa. También las películas o series,. Con las últimas soy más light: Doctor House, CSI, cosas de detectives. Me gusta saber quién es el asesino antes de que termine porque soy ansioso y me carga cuando la trama me entrega al culpable en bandeja.
— B. Norambuena: Me gusta leer. Estoy pegado con Julio Cortázar y con Stephen King. Aunque los géneros no tienen nada que ver, los dos son súper psicológicos y profundos. También veo varias series: de hecho terminé Dexter y estoy pegado. De hecho conversamos con Benja de esta serie hace poco.
— Hablemos generacionalmente, y no personalmente: ¿Qué les gusta y que no les gusta de la generación del otro Benjamín?
— B. Arenas: Siento que las generaciones más nuevas no son tan de de resolver los temas por sí mismos. En vez de tomar su propio camino, esperan a que vengan otras personas, otras generaciones, a decirles cómo es el cuento. No se hacen cargo de sus propias circunstancias. Y lo bueno es que son más abiertos a oportunidades que en generaciones anteriores no veíamos: tienen el mundo como horizonte.
— B. Norambuena: Mi respuesta es más emocional que concreta. Personalmente siento que en las generaciones mayores muchas de sus ideas, sentimientos, sensaciones, expresiones se vieron mermadas por las reglas que imperaban. Tienen emociones más cerradas a lo que quieren ser, y eso se ve en sus formas de llevar la vida. Lo bueno es haber sobrevivido a tanta dificultad y el movimiento es su fortaleza. Me habría asustado haber vivido en otra época.
— ¿Algo que no trancen bajo ningún aspecto?
— B. Arenas: Me carga el pelambre. Si veo a una persona haciéndolo, me alejo. Muchas personas evitan decir las cosas a la cara. Es mejor la sinceridad aunque sea brutal, aunque siempre hay un modo.
— B. Norambuena: No tranzo la violencia, no me gusta. La típica imagen del violento, discriminador, es mi villano favorito.
— ¿Qué consejo le darías al otro Benjamín?
— B. Arenas: Que no pierda de vista el camino. Pensar lo que está haciendo y ver si la meta era adecuada o cambiar todo. Da lo mismo la edad, siempre se puede enmendar el camino.
— B. Norambuena: Que siga adelante, porque está solo a la mitad del camino.